Se podría decir que Monet reinventó las posibilidades del color. Ya sea por su temprano interés por los grabados japoneses, su tiempo como recluta bajo la deslumbrante luz de Argelia o su relación personal con los principales pintores de finales del siglo XIX, la obra que Monet produjo a lo largo de su larga vida cambiaría para siempre la forma en que percibimos tanto el mundo natural como los fenómenos que lo acompañan. El punto culminante de sus exploraciones fue la serie tardía de nenúfares, pintada en su propio jardín en Giverny, que, en su acercamiento a la falta de forma casi total, son realmente el origen del arte abstracto.
Hardcover, 21 x 26 cm, 2.82 kg, 588 pages