La colección de orquídeas blancas de Michael Aram ilumina el espíritu etéreo de la flor de la orquídea. Evocadora de pureza, delicadeza, feminidad y gracia, la versión de metal blanco ofrece un atractivo sorprendentemente diferente al de su contraparte negra. Si bien la escultura es igualmente exuberante y detallada, en blanco, estas flores adquieren una simplicidad que es completamente única. Hay una sensación de ligereza, frescura e incluso inocencia, cada pétalo aparentemente intacto y puro.
"Las orquídeas emiten naturalmente una sensación de sensualidad y seducción, pero en el níquel blanco adquieren un significado completamente diferente: un elemento de brillo que asocio con nuevos comienzos. Cuando pienso en las orquídeas blancas, imagino la pureza y la dulzura de un recién nacido niño, o una pareja de recién casados al comienzo de su viaje de por vida ".
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